Ejemplos de catálogos
Existen en distintos ámbitos publicaciones o recursos online donde aparecen detallados múltiples productos, tales como prendas de vestir, libros, artículos para el hogar, etc. A estos materiales que nuclean información de manera ordenada y vinculada entre sí (por exhibir datos sobre la mercadería ofrecida por una empresa, por ejemplo) se los conoce como catálogos.
Antes de concretar una compra importante para todo el mes, por ejemplo, alguien puede ingresar al sitio web de un supermercado para analizar su catálogo y saber así qué variedad de productos y precios tiene.
Una mujer que desea trabajar organizando sus tiempos, asimismo, puede vender lencería por catálogo. Para conseguir clientas, visita a sus vecinas del barrio y pasa por distintos lugares cercanos a su domicilio para dejar catálogos. Las interesadas, entonces, pueden encargar productos a partir de la información publicada en esa especie de librito con fines comerciales.
Una editorial, por su parte, lanza en cada temporada un catálogo para exhibir detalles de los títulos que ha incorporado a sus colecciones. En ese listado, que puede consultarse por Internet o encontrarse en papel en librerías u otros entornos similares, se enumeran libros de lanzamiento reciente, con una breve descripción de su contenido, la cantidad de páginas, datos del autor, etc.
En el plano musical, asimismo, suelen organizarse catálogos para ordenar y clasificar obras de un cierto compositor, en función del año de creación, la fecha de lanzamiento, el lugar donde el tema fue presentado por primera vez, etc. De este modo, se facilitan las búsquedas de información en un archivo, por ejemplo.