Ejemplos de cefalópodos
La teoría puede contribuir a asociar la noción con el campo de la Zoología, pero nada mejor que tener a disposición ejemplos de cefalópodos para comprender con exactitud a qué clase de organismos refiere este concepto.
Antes de detallar qué especies aparecen en este grupo, conviene señalar que el término describe a los moluscos marinos que poseen un manto abierto con estructura de saco por donde puede salir la cabeza, que está envuelta en tentáculos alargados y ventosas para favorecer el nado.
Estos invertebrados tienen una estructura corporal musculosa y con gran flexibilidad, además de un sistema nervioso complejo y un oído a bajas frecuencias.
Ahora que ya resaltamos sus particularidades principales, podemos enumerar como parte de la familia de los cefalópodos al nautilo (molusco con concha segmentada en celdas y tentáculos que carecen de ventosas), al calamar (molusco de estructura alargada muy apreciado en el ámbito de la gastronomía por la variedad de platos que se pueden preparar con él), a la sepia o jibia (molusco de apariencia ovalada provisto de aletas, tentáculos y una concha calcárea) y al pulpo (suele habitar los fondos de los mares y ser capturado con fines comestibles).
Más allá de estos organismos, se han registrado a lo largo de la Historia otras clases de cefalópodos que se han extinguido. Así ha ocurrido, por ejemplo, con los belemnites, que según los expertos que los analizaron eran muy parecidos a las jibias y a los calamares. Los amonites son otros moluscos del grupo de los cefalópodos que han desaparecido de la Tierra hace muchos años.