Ejemplos de códigos
Al tener numerosos significados, el concepto de código es aprovechado a diario para hacer referencia a cuestiones relacionadas a distintos ámbitos y con diferentes fines.
Así, entonces, puede suceder que un experto en Derecho mencione contenidos del Código Civil mientras que el cajero de un supermercado busca en cada producto el código de barras para pasarlo por el lector y poder facturarlo con el precio correcto. Alguien que desea enviar una carta por correo, asimismo, tiene que saber el código postal y escribirlo como parte de la dirección para que el sobre llegue al destino previsto.
En la vida cotidiana, también puede adquirir relevancia la estrategia de “hablar en código” para que el resto de los presentes no descubra ni entienda el contenido de una charla. Por apuntar una situación hipotética pero posible: dos amigas adolescentes están hablando en el recreo del colegio de los compañeros que les atraen. Para evitar quedar al descubierto, acuerdan un código con apodos que sólo ellas saben para no mencionarlos directamente: a Martín le dicen “Mencho”, a Pablo lo llaman “Puma”, a Ciro lo bautizan como “Chocolate”, a Bruno lo describen en sus charlas como “Bombón”, etc.
Por otra parte, pueden existir entre amigos/as códigos basados en el respeto y la lealtad: por ejemplo, quien tiene “códigos” jamás iniciaría un vínculo sentimental con la hermana de un amigo ni con el ex novio de una mejor amiga. Según consideren los involucrados en cada situación, aquel o aquella que se atreve a concretar estas faltas puede ser acusado de traición por no respetar estos famosos “códigos”.