Ejemplos de cognitivismo
Antes de describir cómo se aplica en la práctica la idea de cognitivismo es importante repasar la teoría para saber, en concreto, a qué se refiere este concepto. En primer lugar, hay que resaltar su vínculo con la Psicología, ya que está entendido como una corriente focalizada en la evaluación de la cognición. Quienes se especializan en Psicología Cognitiva, por lo tanto, trabajan sobre los procesos que permiten elaborar y procesar el conocimiento.
Dentro de esta disciplina se analiza cómo el individuo concibe el mundo y cómo procesa, transforma y utiliza la información que recibe a través de sus sentidos. Las reacciones son, en este marco, consecuencia de los pensamientos del ser humano y no derivaciones de una pulsión o instinto.
Respaldado en el cognitivismo, por ejemplo, el psicólogo suizo Jean Piaget planteó que antes de que un niño adquiera la habilidad del lenguaje para expresarse necesita interactuar con el medio, procesar los datos que recibe por medio de todos sus sentidos y ubicarse en tiempo y espacio. Para incorporar nuevos saberes, entonces, primero se debe acomodar la mente para buscar aproximaciones con otras cuestiones ya conocidas para alcanzar un equilibrio que promueva la llegada de nuevas informaciones.
De centrarnos en estas referencias podemos entender por qué antes de animarse a dar sus primeros pasos solos un niño se arrastra por el suelo, investiga con todos sus sentidos las cosas que lo rodean y trata, de a poco, de ir alcanzando seguridad y confianza en sus reflejos, su coordinación y su capacidad de reacción para, por ejemplo, poder protegerse en caso de una caída tras aprender a caminar de manera independiente.