Ejemplos de colorantes
Se conoce como colorantes a las sustancias y productos que permiten dar color a algo o teñirlo.
En la industria alimenticia existen numerosos aditivos aptos para el consumo que le aportan color a bebidas y sólidos. Por ejemplo: los jugos en polvo y las gaseosas incluyen en su composición colorantes artificiales que les permiten lucir tonos naranjas, oscuros, verdes o amarillos, de acuerdo al sabor al que hagan referencia. Asimismo, existen colorantes naturales extraídos de semillas y plantas. La clorofila, por ejemplo, es un pigmento verdoso fundamental en el proceso de fotosíntesis que suele tenerse en cuenta al elaborar helados, refrescos, sopas y aceites. El azafrán, por su parte, le da color al arroz empleado en la paella, que queda con tonalidad amarillenta.
También se apela a los colorantes para otorgarle un aspecto original a postres y tortas, como sucede al preparar un bizcochuelo de varias capas recreando las tonalidades cromáticas del arcoíris.
De buscar más aplicaciones, hallaremos colorantes para esmaltes de uñas, porcelanas, vidrios, cerámicas, sales de baño, jabones y telas, por mencionar algunos productos que pueden teñirse y colorearse para arribar a un resultado original. Por señalar un caso posible: uno desea crear su propia camiseta (o remera) con un diseño original y un color acorde a las preferencias personales. Entonces compra un colorante para fibras cien por ciento naturales en rojo, que sirve para teñir telas de seda, lana, lino o algodón ya sea en una lavadora o a mano, y lo aplica siguiendo las instrucciones del producto.