Ejemplos de combustibles
Quienes tienen automóviles con frecuencia deben cargar combustible. La mayoría de los vehículos a motor funcionan con productos que derivan del petróleo (como los casos del diésel y la gasolina, esta última también conocida con el nombre de nafta en algunas regiones del mundo) pero, en los últimos tiempos, han aparecido rodados más tecnológicos que operan con combustibles alternativos, tal como sucede con los vehículos solares, los vehículos de hidrógeno, los vehículos eléctricos y los vehículos a biodiesel, por indicar algunos a modo de referencia. Dato interesante a tener en cuenta: en otros tiempos, muchas embarcaciones tuvieron como combustible a la madera.
Si pensamos en combustibles fósiles, en tanto, aparecerán como alternativas el carbón, el gas natural y el petróleo, productos que en la vida cotidiana posibilitan de acuerdo a cada caso el funcionamiento de un coche, la generación de electricidad, la calefacción de un ambiente y el poder cocinar, entre otras cuestiones.
De hacer foco en los combustibles nucleares, descubriremos preparados a base de óxidos, combustibles líquidos con sales fundidas y combustibles tipo placas. Estos materiales, señala la teoría, se aprovechan para generar energía en forma de calor a través de reacciones nucleares.
Dentro de la categoría de biocombustibles, por otra parte, aparecen opciones procedentes del reino vegetal que sirven como combustible de manera directa o funcionan como tales después de haber sido tratados químicamente. Los productos pueden estar en estado sólido (como sucede con las cáscaras de las frutas), líquido (como el caso del bioalcohol) o gaseoso (así ocurre con el biogás).