Ejemplos de contenidos procedimentales
El proceso de la educación (formal e informal) nos permite reconocer, a grandes rasgos, la existencia de contenidos conceptuales por un lado y, por otro, de contenidos procedimentales.
Estos últimos consisten en recursos que le permiten a quien aprende descubrir información, obtener datos, asimilarlos, vincularlos con otros conocimientos y aplicarlos de manera práctica a partir de procedimientos y rutinas que debemos reiterar y ejercitar para dominarlos por completo. Son herramientas, en definitiva, que nos dan la pauta de cómo enseñar y aprender, es decir, que nos brindan la posibilidad de llegar al fin o superar el desafío que ha sido propuesto.
Las alternativas en materia de contenidos procedimentales son numerosas. Elegir la que mejor se adapte a la situación, a la edad y al nivel educativo de cada persona es fundamental para obtener buenos resultados y sacar provecho del recurso en cuestión.
Por ejemplo: entre los contenidos procedimentales que se pueden sugerir cuando se necesita recolectar, procesar y mostrar datos, aparecen el desarrollo de informes, los sondeos o encuestas, la elaboración de gráficos o tablas, etc.
Para lograr que alguien haga un dibujo, en cambio, habrá que tener en cuenta contenidos procedimentales que apunten a enseñar cómo se toma un lápiz o bolígrafo, a reconocer las formas geométricas, a diferenciar entre trazos fuertes y débiles, a descubrir qué es luz y qué es sombra, distinguir colores, combinar texturas, a lograr ubicación en tiempo y espacio… Claro que la experiencia y la práctica son caminos imprescindibles para llegar al resultado que se busca.