Ejemplos de debilidades de una empresa
Una empresa, a la hora de iniciar sus actividades y mantenerse en funciones, deja al descubierto tanto fortalezas como debilidades. Saber identificar y aprovechar a las primeras le sirve a las autoridades para crecer y mejorar, mientras que reconocer las segundas permite elaborar estrategias efectivas para revertir aquello que no funciona del todo bien.
Como las debilidades corporativas pueden llevar a una firma a ser superada por la competencia o bien a desmerecer todo el esfuerzo realizado en otros aspectos, resulta fundamental realizar análisis objetivos y lo más estrictos posibles que ofrezcan la posibilidad de apreciar las fortalezas y, al mismo tiempo, encontrar las eventuales debilidades que exigen replanteos inmediatos si se busca el progreso.
En principio, sin ahondar en casos específicos, se puede decir que el amplio grupo de las debilidades de una empresa contempla variantes como las de tener altos costos de productividad, la incompetencia para hallar los perfiles adecuados para cada puesto e, incluso, la incapacidad de hacer frente a una demanda considerable por parte de los clientes.
Como debilidad, además, puede entenderse a la imposibilidad de hacer rendir a la compañía al cien por ciento, a la falta de líderes en los distintos sectores de la empresa y a la carencia de un plan sólido que permita una producción de calidad sin necesidad de invertir sumas innecesarias.
Como resulta evidente, son varios los puntos que pueden ser considerados como debilidad, pero es cada responsable de la empresa quien, junto a sus socios, debe evaluar el panorama particular y establecer las fortalezas y debilidades propias de la firma.