Ejemplos de desgaste
El acto de desgastar algo produce como consecuencia un desgaste. A raíz de este deterioro generado por roces, fricciones o choques, la pieza o condición de algo se puede llegar a romper y a quedar inutilizada o sin valor.
En los automóviles, por ejemplo, es muy común que haya desgaste en los neumáticos. Una alineación incorrecta, la presión alta o baja en las ruedas y neumáticos que se encuentran mal balanceados son causas que provocan desgastes en ellos.
El desgaste dental, en cambio, es un deterioro en el esmalte de los dientes, provocado por los ácidos presentes en bebidas y comidas. La tonalidad amarillenta y apagada en las piezas dentales, las pequeñas grietas u ondulaciones en los bordes y la sensibilidad dental son parte de los signos que evidencian un desgaste de la dentadura.
En la vida cotidiana, también es frecuente que mucha gente utilice la expresión “desgaste” al intentar explicar las causas de una separación o fin de una pareja. “Esta relación estaba desgastada desde hacía tiempo, pero recién ahora tomamos la decisión de separarnos e iniciar el proceso de divorcio”, “No fue buena idea empezar a trabajar juntos: eso generó un desgaste importante en la pareja y terminó por distanciarnos”.
El cuidado del cabello es otra actividad donde adquiere protagonismo el desgaste, en este caso, de las puntas del pelo que, por motivaciones estéticas, se corta con distintos largos y se tiñe con tonos más claros respecto al color del resto de la cabellera.
Por último, no se puede dejar de mencionar el desgaste físico ocasionado por grandes esfuerzos corporales o un entrenamiento intenso. Cuando un jugador profesional de fútbol juega, con pocos días de diferencia, muchos partidos y sobreexige a su cuerpo, es común que le aparezcan molestias o lesiones como consecuencia de su desgaste físico.