Ejemplos de deshumanización
Cuando advertimos que algo o alguien se deshumaniza (es decir, pierde sus cualidades y caracteres que lo vuelven humano o que humanizan una determinada cosa), estamos frente a un proceso de deshumanización.
Hay quienes, por ejemplo, señalan a los avances tecnológicos como parte de los causantes de la deshumanización social. Aquellos que poseen este pensamiento consideran que las máquinas modernas afectan al hombre, lo aislan y lo perturban porque lo reemplazan en tareas que antes realizaba el individuo, lo llevan a adoptar hábitos antisociales y a perder de vista los sentimientos para buscar soluciones robóticas rápidas, efectivas y sin espacio para transformar algo con voluntad propia, interés y dedicación.
También hay deshumanización, por ejemplo, a partir de la violencia y el abuso de poder. Cuando se pierde la noción de que detrás de un asesinato hay una vida y las víctimas pasan a ser números dentro de una enorme estadística fría, entonces se deshumaniza la realidad. Llega un momento en que, producto de injusticias reiteradas, falta de control o un abuso de poder, las cifras se multiplican sin reflejar el costado sensible y más especial, el asociado a una vida que se ha truncado a raíz de que se volvieron costumbre las desapariciones de personas, los crímenes, etc.
De igual modo, muchas mujeres se quejan de deshumanización cuando, llegado el momento del parto, no se respetan sus derechos ni los del bebé, los médicos deciden sobre el cuerpo femenino sin sensibilidad ni consideración, se abusa de la medicación y se desencadenan situaciones muy alejadas de la paz y el momento de felicidad que debe vivir una madre al dar a luz.