Ejemplos de desigualdad social
En toda comunidad, lamentablemente, surgen a diario situaciones relacionadas a la desigualdad social. No solamente el poder adquisitivo marca diferencias entre una persona y otra (un rico y un pobre): no se trata a todos por igual ni son idénticas las oportunidades para unos y otros, por detallar otras realidades que profundizan las desigualdades a nivel social.
El sueldo que se percibe por un trabajo no es uniforme ya que varía según el rubro, las horas dedicadas y la modalidad de contratación, entre otras variables. Sumado a esto, no todos los ciudadanos consiguen empleo: de ahí que sea un desafío prácticamente imposible a nivel gubernamental erradicar las desigualdades económicas. Siempre va a haber en el mundo gente que gane mucho dinero y tenga una posición financiera holgada y sectores desfavorecidos cuyos integrantes no logran superar su condición humilde. Claro que sí es importante tomar medidas para achicar las diferencias, como la mejor distribución de los recursos (por ejemplo, dando becas a estudiantes de barrios carenciados, ofreciendo planes de ayuda social, etc) e implementando una estructura impositiva de carácter progresivo donde paguen más impuestos quienes más ingresos perciban.
Las desigualdades sociales también abarcan la cuestión de género y la discriminación, ya que muchas veces los hombres tienen más oportunidades de progreso (laboral, cargos de poder, etc) y las mujeres, en cambio, deben luchar y esforzarse más para demostrar sus capacidades.
El acceso a la educación, el nivel de cultura y la oferta en materia de salud, asimismo, están condicionadas en función de la clase social, marcando otras problemáticas que acentúan las desigualdades sociales.