Ejemplos de dimensión social
Toda acción del ser humano puede analizarse desde dos perspectivas: una personal y otra social. Hoy, haremos alusión a la dimensión social de múltiples cuestiones fáciles de identificar en la vida cotidiana.
Cualquier actividad laboral, por ejemplo, posee una dimensión social porque el trabajador no realiza tareas en soledad. Tiene compañeros de trabajo, socios, clientes, proveedores: hay en ese marco numerosos vínculos humanos… Además, el fruto de su sacrificio laboral le aporta algo a la comunidad: desde un servicio hasta un producto para satisfacer una determinada necesidad.
La educación, por su parte, también abarca una dimensión social. En una institución académica mucha gente de diferentes edades es instruida no solamente con lecciones de manual: allí se transmiten asimismo valores como el respeto, la solidaridad y la inclusión para evitar casos de violencia y/o de discriminación, se busca formar hombres y mujeres de bien con sentido de la ética, etc. Los niños escolarizados aprenden todo el tiempo, hacen deporte y hasta estimulan su costado creativo con disciplinas artísticas: a nivel social, son una inversión a futuro porque adquieren las herramientas necesarias para tener un buen empleo y no quedan en estado de vulnerabilidad por carecer de contención o por estar a la deriva sin proyectos ni cuidados.
Si analizamos la personalidad de cualquier individuo, por último, encontraremos una dimensión social que lleva a las personas a interactuar con otros, establecer lazos y a desarrollar un rol dentro de la comunidad. Dentro de una sociedad todos estamos involucrados: hay compromisos que asumimos aún cuando no constituyen obligaciones, como el de colaborar en la búsqueda de un niño extraviado, el de realizar donaciones para gente carenciada, etc.