Ejemplos de dióxido de carbono
Los expertos en Química utilizan la expresión anhídrido carbónico pero, en la práctica, el gas inodoro e incoloro que se produce en el marco de ciertas fermentaciones y combustiones se identifica como dióxido de carbono.
Existen múltiples aplicaciones de este gas conocido con la fórmula CO2, algunas más fáciles de identificar que otras. Sirve, por señalar un caso muy sencillo de reconocer, para darle efervescencia a una bebida carbonatada.
El hielo seco que permite desde conservar alimentos como el helado hasta eliminar una verruga, así como para simular niebla fría en un espectáculo artístico, también está compuesto por dióxido de carbono.
Asimismo, es usual que se emplee dióxido de carbono en cirugías médicas laparoscópicas, para tratar úlceras crónicas o realizar ciertos tratamientos de carácter estético, etc. Cabe destacar además que existe un cuadro clínico conocido como hipercapnia, el cual se caracteriza por un incremento de la presión parcial de dióxido de carbono detectada en sangre arterial.
Por otra parte, es fundamental minimizar las emisiones de dióxido de carbono para poder frenar y combatir el cambio climático. Las fuentes de CO2 pueden ser desde los vehículos a motor y las plantas de tratamientos de residuos así como las actividades industriales, los sectores ganadero y agrícola e incluso los seres vivos, ya que el ser humano capta oxígeno del ambiente y despide dióxido de carbono. Los árboles, por su parte, tienen la capacidad de absorber niveles importantes de CO2 y liberar oxígeno, por eso plantar ejemplares es una medida beneficiosa para nosotros y el entorno natural.