Ejemplos de dubitación
Quienes se especializan en Retórica identifican como dubitación a una figura que se basa en la manifestación de una duda por parte de un individuo que debe hacer o expresar algo. Esta palabra, por lo tanto, se puede relacionar a la incertidumbre, al titubeo y a la vacilación.
La dubitación puede evidenciarse al hablar pero también al realizar otras acciones. Un equipo de fútbol que se enfrenta a un rival difícil, por ejemplo, puede reflejar durante el partido inseguridades y un estado de nerviosismo que lleva a los jugadores a fallar en los tiros al arco y a dar malos pases. En el marco de este panorama, la dubitación a la hora de elegir entre hacer una jugada colectiva o intentar anotar un gol en solitario pueden dar una gran ventaja al oponente.
La dubitación, en la vida cotidiana, puede atormentar a alguien que se debate entre revelar datos que pueden ayudar a alguien pero comprometer a otro (“Sé que tendría que confesarle a mi hermana que mi cuñado la engañó con la empleada, pero no sé si me creerá. Y si lo hace, no sé cómo seguirá el vínculo: pueden seguir juntos y odiarme, o separarse e igualmente quedarse con una mala imagen mía por delator”).
En una obra o texto, por otra parte, la dubitación puede manifestarse de manera fingida o con sinceridad por parte del autor mediante frases como “No sé por dónde empezar a contar el triste caso de…”, “Me planteo si hago bien en reconstruir la historia del campesino prófugo, temo no elegir las palabras adecuadas o no poder estar a la altura de las circunstancias. Tampoco sé si mis revelaciones son tan importantes como creo…”.