Ejemplos de educación
La crianza de los hijos puede variar de una familia a otra según las costumbres, filosofías y creencias de los progenitores, pero más allá de las diferencias hay que decir que todos los padres del mundo tienen la obligación de educar a sus descendientes.
La educación debe empezar en el hogar desde que el niño comienza a ganar independencia (para que adquiera, por ejemplo, buenos hábitos y modales adecuados frente a la sociedad) y potenciarse en el ámbito formal, es decir, en la escuela primero y, más tarde, en la universidad.
Cabe resaltar que, a la hora de educar a alguien, no sólo es importante el mensaje a transmitir sino los medios a través de los cuales se lo difunde. Si bien en este contexto la palabra es valiosa, es necesario acompañarlas con acciones que sirvan de ejemplo y respalden aquello que se dice.
Una madre que en la plaza se enoja con su hijo y lo apercibe porque éste no quiere compartir sus juguetes con otros niños y contesta de mala forma cuando se le llama la atención por su egoísmo, por ejemplo, no está obrando mal, sino que le está enseñando a su heredero a compartir, a ser generoso y respetuoso; es decir, lo está educando.
Cuando un individuo es enviado primero a un jardín de infantes, después asiste a la escuela primaria, completa a medida que pasa el tiempo todas las etapas académicas y llega a la universidad, asimismo, está recibiendo educación formal que le permitirá, al convertirse en adulto, tener todas las herramientas necesarias para desenvolverse en el mundo como alguien capacitado e instruido para realizar diversas tareas.