Ejemplos de educación no formal
Educar es una tarea enfocada a la formación, adoctrinamiento e instrucción de toda persona. Comienza en el propio hogar, bajo la responsabilidad de la familia, pero se intensifica con el paso del tiempo en el ámbito escolar.
Así, pues, se pueden reconocer dos tipos de educación: una formal (regulada, sistematizada y segmentada a nivel didáctico que se desarrolla en base a un currículo oficial) y otra informal o no formal que guarda relación con el aprendizaje no reglamentado y que se obtiene de los padres y de la búsqueda personal de conocimientos.
Se enmarca dentro de la educación no formal, por ejemplo, el proceso que inicia en su hogar una abuela italiana para que su pequeño nieto aprenda a hablar en italiano, así como la investigación por iniciativa propia de alguien que desea saber más sobre un determinado tema y, motivado por esa inquietud, consulta libros, recopila datos en Internet y realiza averiguaciones ajenas al ámbito académico. También se puede incluir en este grupo a aquel que ve documentales históricos en televisión a fin de instruirse en cuestiones decisivas para la humanidad y a quien se vuelve experto en un deporte porque, además de practicarlo, lo conoce desde la teoría y entiende el reglamento en su totalidad.
La educación no formal, asimismo, está relacionada a los valores, buenos modales y hábitos saludables que los padres pueden inculcarle a sus descendientes. El respeto, la solidaridad y la responsabilidad no se enseñan en un colegio ni se estudian desde un libro de texto: se inculcan en la casa y le sirven a quien los pone en práctica para toda la vida.