Ejemplos de ejercicios mentales
Para ejercitar la mente no es necesario cansar el cuerpo con rutinas aeróbicas ni desplazarse hacia un determinado espacio ya que el entrenamiento cerebral puede llevarse a cabo en cualquier momento y lugar.
Si bien existen propuestas para estimular la mente que giran en torno a juegos y desafíos materializados a través de múltiples elementos, hay ejercicios pensados para mejorar la concentración, promover la agilidad mental, fomentar la capacidad de observación y favorecer el desarrollo de los dos hemisferios cerebrales.
Los pasatiempos que ponen a prueba la memoria (como los juegos didácticos); los entretenimientos que se resuelven con razonamientos lógicos (como los acertijos y ciertos juegos basados en palabras y/o números); evitar anotar números telefónicos para obligar a la mente a recordarlos y mantenerse siempre activo y con ganas de aprender cosas nuevas (como un oficio o un idioma) son alternativas que uno puede tener en cuenta para ejercitar el cerebro.
Como cada actividad dirigida a potenciar el cerebro se puede adaptar a toda clase de edad y condición física, los ejercicios mentales no son exclusivos de un determinado grupo y no requieren habilidades específicas para poder ser realizados.
Al comprar una revista, por citar un caso concreto de la vida cotidiana, un individuo de cualquier edad puede hallar crucigramas, sopas de letras, Sudoku y varios juegos de ingenio para resolver con lógica y capacidad para descifrar enigmas en base a datos puntuales que se ofrecen para cada desafío. Gracias a estas estructuras, la persona podrá pasar varias horas ejercitando su mente sin resignar entretenimiento.