Ejemplos de elasticidad
Cuando algo tiene la particularidad de ser elástico se dice que posee elasticidad. Las bandas o gomas elásticas que permiten sujetar y ajustar un envase o elemento adaptándose a diferentes formatos, por describir un caso puntual, son de gran utilidad por su flexibilidad y elasticidad, dos propiedades que permiten estirarlas y exigirlas hasta el extremo. Lo mismo ocurre con los resortes, por agregar otro material con esta cualidad.
Los expertos en Física, además, tienen en cuenta la propiedad de la elasticidad porque, gracias a ella, hay sólidos que como consecuencia de una cierta fuerza pierden sus formas originales pero pueden recobrar su estado inicial al suspender dicha presión. La piel, por ejemplo, puede ser estirada o sometida a algún esfuerzo pero aún así recobrará su forma habitual gracias a su elasticidad. Claro que, para que no pierda tonicidad, frescura ni firmeza, hay que cuidar el cuerpo y alimentarse con vitaminas y minerales que contribuyan a lograr y mantener un buen aspecto y una hidratación adecuada en la piel de todo el cuerpo. La elasticidad muscular, en tanto, determina cuánto se puede alargar y estirar un músculo sin dañarse y poder retornar tras un ejercicio físico a su posición inicial.
A nivel económico, la elasticidad constituye un concepto que describe la variación que puede experimentar un precio dentro de un cierto rango. Si nos centramos específicamente en la elasticidad demanda-precio, advertiremos cuánto influye el aumento o la disminución del precio de un servicio o producto en la respuesta (es decir, en la demanda) de los consumidores, que puede subir o bajar según las condiciones.