Ejemplos de empuje
El concepto de empuje puede entenderse desde múltiples perspectivas. Si nos limitamos al resultado de empujar, encontramos aplicaciones prácticas como las leyendas presentes en ciertas puertas de comercios y establecimientos con la indicación de “Tire y empuje”. En algún diálogo cotidiano, puede ocurrir que alguien le pida a otro que “le empuje el automóvil para hacerlo arrancar”, o que una mamá en un parque empuje el columpio (o hamaca) donde entretiene a su pequeño hijo. En un transporte público o en un sitio muy concurrido, asimismo, el término puede ser parte de una queja o reclamo: “¡No me empuje, señor!”, puede ser una de las frases pronunciadas.
El empuje, por otra parte, puede ser la fuerza necesaria para impulsar una acción, un proyecto, una iniciativa. “Tiene el empuje, la formación y las ganas para concretar su sueño: yo creo que en poco tiempo llegará a ser una gran artista”, puede ser una expresión enmarcada en esta interpretación. También se puede aprovechar la idea en expresiones como “Sus compañeros de equipo le dieron un gran empuje para darle fuerza y confianza durante los largos meses de rehabilitación”.
Si nos centramos en el Principio de Arquímedes, en cambio, trabajaremos en torno a un principio de carácter físico que hace alusión al empuje hidrostático al señalar que un cuerpo que se encuentra parcial o completamente sumergido dentro de un fluido en reposo va a recibir un empuje en dirección de abajo hacia arriba que equivale al peso del volumen del fluido que saca en esa acción.