Ejemplos de enlaces covalentes
La teoría nos permite descubrir la existencia de varios tipos de enlaces químicos, entre los que se encuentran los enlaces covalentes.
La definición establece que se genera un enlace covalente cuando un par de átomos comparte entre sí electrones del último nivel no superando en este marco una diferencia de electronegatividad de 1,7 con el fin de conseguir un octeto estable.
A veces, los enlaces covalentes componen moléculas que se caracterizan por generar sustancias con temperaturas bajas de ebullición y fusión, que son blandas en estado sólido y que pueden funcionar como aislantes frente al calor o a la corriente eléctrica. Así ocurre, por indicar algunas posibilidades descriptivas, con el nitrógeno, el oxígeno y el dióxido de carbono.
Es interesante tener presente por otra parte que una sustancia covalente puede llegar a formar redes cristalinas con una cantidad indefinida de átomos y con propiedades específicas, como sucede con el diamante y el cuarzo.
Al profundizar en esta temática también descubrimos las particularidades de los enlaces covalentes polares y de los enlaces covalentes apolares, más allá de poder diferenciar además a los enlaces covalentes simples (como es H-H) de los enlaces dobles como el representado como O=O, o de los enlaces triples.
Un último caso como referencia para seguir ampliando los conocimientos relacionados al enlace covalente: un enlace peptídico, donde se pierde una molécula de agua y se forma la estructura CO-NH, constituye un enlace covalente en el cual aparece involucrado el grupo amino de un aminoácido y el grupo carboxilo de un segundo aminoácido.