Ejemplos de equilibrio térmico
Frente a al menos dos elementos o cuerpos que presentan temperaturas distintas se logra el llamado equilibrio térmico cuando esos índices se equiparan o igualan y llegan a una marca de temperatura uniforme. En este marco, a veces se gana y en otras ocasiones se pierde calor de acuerdo al estado inicial de cada sistema analizado.
Si, por señalar un caso sencillo, comparamos el contenido de una botella de agua recién sacada de la heladera (o nevera) y el de una olla con agua hirviendo en su interior no tardaremos en advertir gracias a nuestros sentidos (y a conocimientos generales) que la primera está muy fría y la segunda, muy caliente. De dejar ambos recipientes en las mismas condiciones (por ejemplo, a temperatura ambiente sin modificar nada en ellos) notaremos que, pasado un tiempo, las masas de agua tendrán una temperatura idéntica, es decir, habrán alcanzado el equilibrio térmico.
También resulta interesante tener presente que los termómetros, esos instrumentos que sirven para determinar la temperatura de animales, personas, fluidos, lugares, etc, logran alcanzar un equilibrio térmico con el cuerpo al cual le miden la temperatura.
Asimismo, es posible llevar a cabo ciertas acciones en el hogar para alcanzar el equilibrio térmico entre el exterior y el interior de los ambientes. Los jardines verticales y las plantas distribuidas en cada rincón de la vivienda son ideales en este marco para conseguir y conservar la armonía térmica, al tiempo que ayudan a embellecer el lugar y a atenuar los efectos de la contaminación, entre otras ventajas.