Ejemplos de ergonomía
A partir de la definición teórica que señala que la ergonomía es una disciplina basada en analizar cuestiones tecnológicas y datos biológicos para solucionar o evitar inconvenientes de adaptación entre una máquina y el ser humano, es posible encontrar muchas referencias prácticas que ayudan a comprender la utilidad de esta actividad y noción.
La ergonomía es fundamental, por ejemplo, para minimizar dolores o incomodidades producto de malas posturas corporales. No se limita al diseño de objetos como sillas, escritorios o equipos informáticos: la ubicación de los elementos también se engloba en su campo de estudio. Así, entonces, a la hora de trabajar frente a un ordenador hay que elegir un lugar con iluminación correcta, una silla que ofrezca comodidad y favorezca la postura adecuada para nuestra espalda pero que además esté a la altura más conveniente para poder apoyar los pies en el piso, ubicar la pantalla o monitor a la medida de los ojos y situar el teclado de forma tal que nuestras manos puedan descansar sobre el escritorio.
El desarrollo de un automóvil también exige conocer y aplicar conceptos ergonómicos. Sin ergonomía, los asientos de un coche resultarían incómodos y hasta inseguros por no adaptarse a las necesidades de los conductores y pasajeros, quienes buscan butacas con materiales suaves que contribuyan a su bienestar pero también una distribución del panel o tablero de control con acceso rápido y sencillo.
En el diseño de una bicicleta y en el de una maleta (o de cualquier elemento de equipaje), asimismo, se presta atención a la ergonomía para poder ofrecerle al consumidor la mejor experiencia posible de uso.