Ejemplos de estado sólido
La materia puede presentarse, de acuerdo a diferentes condiciones y tratamientos que influyan sobre ella, en diversos estados. Uno de ellos es el sólido.
En estado sólido, los elementos se observan con una forma específica, un volumen constante y un peso determinado. Se trata de cuerpos que se reconocen por su firmeza y por ser macizos: una roca, un trozo de carbón, una fruta y un objeto de porcelana, por enumerar algunas alternativas que ayuden a comprender el significado de la noción, comparten su condición de sólidos.
Resulta interesante tener en cuenta que, en ocasiones, se producen cambios de estado que permiten observar a un mismo elemento desde distintas perspectivas. El caso del agua es el más fácil de entender porque cualquiera de nosotros, en su hogar, puede realizar experimentos sencillos para observar de cerca el fenómeno: si ponemos una cierta cantidad en el congelador, al cabo de un tiempo conseguiremos tener agua en estado sólido, es decir, un hielo. Fuera de un entorno de bajas temperaturas, este sólido comenzará a derretirse y entonces obtendremos agua en estado líquido, tal como tuvimos al momento de iniciar el proceso. El granizo (esos granos o bolitas que a veces caen del cielo con violencia cuando llueve) también es agua congelada pero, en este caso, de origen natural: lo mismo ocurre con las masas de hielo conocidas como glaciares.
Una vela de cera, por su parte, es un elemento en estado sólido que puede pasar al estado líquido por acción del calor cuando la mecha está encendida y, con su temperatura elevada, derrite la cera.