Ejemplos de estereotipos
Seguramente alguna vez muchos de ustedes hayan oído o utilizado la idea de estereotipo. Hoy, a fin de aportar claridad para la comprensión absoluta del término, repasaremos la teoría y complementaremos la información con ejemplos inspirados en la realidad cotidiana.
Lo primero que conviene saber es que quienes se dedican a tareas de imprenta definen con esta palabra a la plancha que se usa en estereotipia. A nivel general, en cambio, este vocablo refiere a las figuras o imágenes inmutables que, dentro de una sociedad, se aceptan por mayoría.
Por cultura y costumbre, mucha gente hoy en día es fiel a estereotipos que establecen ciertas actividades y formas de vestir de acuerdo al género de la persona. Así, entonces, reservan el rosa para vestir a las niñas y dejan el celeste para los niños. Por la influencia de los estereotipos, además, algunos ven con incomodidad que una niña pequeña se entretenga jugando al fútbol o coleccionando coches de miniatura (porque se supone que ellas son finas y delicadas y viven en un mundo de princesas) y que los varones jueguen a la mamá o a la maestra (porque, de acuerdo a la tradición, el hombre es rudo y enérgico por naturaleza).
Para que cada individuo pueda ser feliz y vivir con libertad plena, sin miedo a los rechazos sociales ni a las miradas reprobatorias, tampoco deberían existir los estereotipos de belleza que indican que la mujer tiene que lucir un cuerpo de medidas perfectas con panza chata y sin un gramo de grasa y que el hombre tiene que mostrar una figura tonificada y musculosa. En la carrera por alcanzar el ideal de belleza, millones de personas con baja autoestima y atormentadas por no reunir las condiciones establecidas por la sociedad se someten a tratamientos y apelan a prácticas destructivas que pueden llegar a costarles la vida.