Ejemplos de expectativas personales
Las expectativas personales son deseos, aspiraciones, ilusiones e intereses que cada individuo tiene a lo largo de su vida. Esta clase de expectativas engloba a todas aquellas cuestiones (metas, realidades, situaciones) que alguien pretende concretar o bien a pensamientos, realistas o no, que dan idea de resultados negativos.
Las expectativas personales pueden cumplirse y entonces generar satisfacción, no estar satisfechas y provocar así desazón y desilusión, o verse ampliamente superadas, sorprendiendo y alegrando al sujeto.
Un joven puede tener, por indicar un caso habitual, expectativas respecto a su futuro profesional y laboral. Sus aspiraciones como estudiante, en este marco, apuntan a completar la carrera en el menor tiempo posible y, una vez recibido, conseguir un buen empleo. Ya de adulto, ve cumplidas sus expectativas personales porque ha logrado destacarse en la profesión que eligió, tiene un buen pasar económico producto del contrato laboral firmado y chances de ampliar su experiencia y sus conocimientos en el extranjero.
Una mujer, en cambio, puede priorizar como expectativa personal la cuestión sentimental. Ella pretende contraer matrimonio con su novio actual, tener hijos con él y vivir todos juntos en una casa de campo donde sus descendientes puedan crecer libres, seguros y en contacto con la naturaleza. Tener o no satisfechas sus expectativas dependerá de sus decisiones pero también del destino, porque lamentablemente los seres humanos no siempre conseguimos hacer realidad aquello que soñamos. ¿Factores que podrían influir de manera negativa para que no se concreten sus planes? Muchos: que su pareja rechace la boda o la idea de mudarse al entorno rural, que por alguna razón no puedan tener herederos, etc.