Ejemplos de fair play
Es muy común que en el mundo del deporte se apele a la expresión en inglés fair play (que se traduce al español como juego limpio) para apelar a la sinceridad, a la lealtad, a la cordialidad y al desempeño correcto entre equipos o deportistas rivales.
En otras palabras, el fair play busca respetar las normas, promover el compañerismo aún en oponentes y descartar las trampas y las reacciones que atentan contra la transparencia y la honestidad del juego o disciplina deportiva.
Hay fair play, por ejemplo, cuando un futbolista patea el balón hacia afuera de la cancha al ver a un jugador del equipo contrario sin poder levantarse del suelo. Con esta acción demuestra que no aprovecha la ventaja de tener la posesión de la pelota sino que prioriza el respeto y prefiere que ingrese el médico al campo de juego para atender al lesionado.
No simular, mentir, presionar ni exagerar movimientos para tratar de obtener un beneficio (por ejemplo, para que un árbitro expulse a un jugador, considere válido un gol o cobre un penal) también contribuye al fair play. Lo mismo ocurre cuando un futbolista sabe que ha metido un gol con la mano y, pese a que su sinceridad podría traerle consecuencias negativas en su club, le avisa al árbitro que no fue válido. Muy distintos son los casos de los deportistas que aprovechan distracciones de rivales, discuten fallos de los árbitros para sacar ventaja o son desleales con sus competidores ya que muestran todo lo contrario al fair play.