Ejemplos de flotación
A nivel general, el acto y la consecuencia de flotar se definen como flotación. Se trata de una palabra con muchos usos prácticos, por eso a continuación describiremos múltiples situaciones.
Cuando estamos en un entorno acuático (una pileta/piscina o en mar abierto) aprendiendo a nadar, el instructor nos hace realizar ejercicios con distintos materiales (planchas de goma eva, flotadores para brazos, etc) y nos enseña técnicas para lograr que podamos mantenernos a flote y, de este modo, evitar hundirnos.
Los especialistas en cuestiones marítimas, en tanto, identifican como línea de flotación al nivel que marca la separación entre la parte del casco de un buque que queda sumergida y el resto de la embarcación.
Los economistas, por su parte, aluden a la flotación para marcar la oscilación de la cotización de una cierta moneda a raíz de las variaciones en el mercado debido a la falta de un tipo de cambio establecido de manera oficial. “Apostamos por la flotación administrada del dólar” o “Este plan permitiría la libre flotación del peso” son frases vinculadas a esta interpretación.
También se define como flotación al proceso de carácter físico-químico que permite la concentración y separación de sólidos de granulometría fina a través de espumas capaces de retener los elementos no humedecidos por el agua.
Para clarificar aguas (residuales, por ejemplo), en cambio, se apela a un tratamiento que se conoce como flotación de aire disuelto. Esta alternativa se aplica, por señalar casos puntuales, para tratar efluentes de plantas químicas, refinerías de petróleo, instalaciones donde se procesa el gas natural, etc.