Ejemplos de frisos
Para poder encontrar en la práctica ejemplos de frisos, primero es necesario aprender la teoría o bien repasar conocimientos relacionados a este concepto.
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), hay países donde esta noción refiere a la capa de cemento y otros materiales que los albañiles ponen sobre paredes o muros para recubrirlos. Los expertos en Arquitectura, por su parte, aprovechan el término para identificar al segmento ancho del área central del entablamento que se ubica entre la cornisa y el arquitrabe y que, por lo general, se ornamenta con diferentes adornos.
Y si centramos la atención en las paredes, también podremos señalar como friso a la faja (que se pinta en distinto color respecto al resto de la superficie o se desarrolla a partir de la fijación de papel pintado, azulejos u otros materiales) en la mitad inferior de una pared para generar un contraste o diferenciarla de alguna manera.
Distinta es la interpretación que hacen de esta palabra aquellos que se especializan en Matemática. En este marco, hay frisos de traslaciones vinculados a los deslizamientos, a las simetrías y a los giros.
Llevadas estas definiciones a la realidad, encontramos como referencias concretas al Friso del Partenón, con un largo de 160 metros extendidos sobre la parte más alta de la cella del Partenón de Atenas. De acuerdo a los historiadores, esta obra de gran antigüedad fue esculpida entre los años 443 y 438 a.C.
Otro caso es el Friso de Beethoven, tal como ha sido bautizada una pintura desarrollada por el pintor austríaco Gustav Klimt.