Ejemplos de grupos secundarios
Así como existen los grupos primarios, el ser humano cuenta a lo largo de su vida con grupos secundarios para ampliar su círculo y socializar de diversas maneras.
Según la teoría, el grupo secundario supone vínculos distantes, impersonales y, en la mayoría de los casos, formales. Por lo general, surgen en el marco de una institución por motivaciones comunes e intereses compartidos pero respetando una estructura regular donde hay jerarquías y roles que influyen a la hora de las relaciones interpersonales.
En la vida cotidiana podemos integrar o reconocer múltiples grupos secundarios, dentro de los cuales también pueden llegar a distinguirse diferentes grupos primarios.
En una entidad educativa, por señalar una posibilidad a modo de referencia, los integrantes de cada curso pueden constituir un grupo secundario ya que, si bien todos se conocen entre sí, los vínculos de la mayoría son superficiales.
En un club, asimismo, hay grupos secundarios compuestos por los socios, ya que si bien asisten a un mismo lugar e incluso realizan las mismas actividades no hay un conocimiento o vínculo entre todos ellos, manteniendo en caso de cruzarse un trato educado pero distante, de cordialidad y respeto pero sin la confianza suficiente como para revelar cuestiones personales.
Los grupos secundarios, como podrán advertir al analizar los datos de los párrafos anteriores, también están presentes en una empresa, donde en cada oficina hay empleados que trabajan compartiendo un lugar y hasta un horario de trabajo pero ello no significa que haya un trato cercano entre todos los empleados de la firma.