Ejemplos de hábitos de estudio
Un hábito, entre otras cosas, es el modo particular de proceder que se adquiere por repetición de actos o que se origina a partir de tendencias instintivas. En base a esta definición, en la vida cotidiana se lo puede utilizar como sinónimo de rutina o de costumbre.
Así, entonces, se pueden identificar infinitas clasificaciones que buscan describir los hábitos que uno tiene en diferentes ámbitos. Hay, en este marco, hábitos de higiene, hábitos de alimentación y hábitos de estudio, por citar algunos.
En relación a aquellos hábitos basados en el plano académico que exige por parte de los alumnos una rutina constante para asimilar los conocimientos adquiridos, se pueden destacar múltiples modalidades.
Para progresar en el estudio y hacer rendir al máximo el tiempo del que uno dispone, el estudiante puede adoptar como hábitos de estudio las anotaciones durante la clase para capturar los conceptos más importantes y la idea de destinar algunos minutos diarios para repasar lo aprendido y lograr una asimilación gradual.
Claro que cada caso es particular y los hábitos de estudio dependen siempre de las preferencias de cada estudiante. Algunos, por ejemplo, prefieren organizarse en base a un esquema sistemático que les facilite el aprendizaje por medio de diversos recursos (como cuadros sinópticos, resúmenes, etc.), pero otros encuentran más provechosa la alternativa de juntarse a estudiar en grupo una vez por semana para intercambiar opiniones y ayudarse mutuamente en la comprensión de conceptos. Existen, también, aquellos que prefieren adoptar hábitos de estudio más innovadores y modernos que exijan la utilización de herramientas como los videochats y las conferencias virtuales.