Ejemplos de hibernación
En invierno, cuando las condiciones del tiempo son extremas, una gran cantidad de especies animales experimenta un estado fisiológico que se define como hibernación. En este marco, la temperatura de sus cuerpos desciende hasta acercarse a cero grado y sus funciones metabólicas se reducen al mínimo posible, aunque las particularidades de este proceso varían de acuerdo al tipo de sangre y a otros factores que influyen en los animales. Este sueño invernal lo tienen los seres tanto vertebrados como invertebrados.
Si analizamos la práctica, resulta imposible aludir a la hibernación sin pensar, por ejemplo, en familias de osos. El oso pardo (especie que para enfrentar el letargo invernal almacena un gran porcentaje de energía procedente de los alimentos en sus tejidos adiposos y come tierra y hierbas para que actúen como una suerte de tapón que impida la expulsión del bolo alimenticio), el oso pardo del Himalaya y el oso de Kamchatka son algunas de las especies que hibernan en distintos rincones del mundo.
Claro que no son los únicos en el planeta que apelan a esta costumbre. La tortuga de pantano, el galápago de bosque y la tortuga mediterránea, por agregar tres referencias concretas, también integran el conjunto de los animales con periodo de hibernación, tal como sucede asimismo con varias especies de caracoles tanto de agua dulce como terrestres.
Los murciélagos, las mariposas, las marmotas, las serpientes, los erizos, los sapos y las ardillas son otros animales que se pueden tener en cuenta al analizar las características del proceso de hibernación.