Ejemplos de homónimos
Cuando dos individuos, elementos u objetos de distinta naturaleza comparten el nombre, se considera que esas palabras son homónimas. En el campo de la lingüística, este concepto se define como el vocablo que posee una apariencia idéntica a otro término y, sin embargo, poseen significados diferentes.
Ejemplos de homónimos hay muchos, pero a continuación citaremos algunos para que la definición teórica se comprenda sin mayores dificultades. Un espacio fácil para descubrir homónimos, por dar precisiones, es el que nuclea a la literatura y el séptimo arte porque es frecuente que las películas inspiradas en materiales literarios mantengan el nombre de la obra original.
De investigar un poco libros y filmes de todos los tiempos, se podrá advertir que “Orgullo y Prejuicio” es tanto una novela de Jane Austen como su correspondiente adaptación cinematográfica, así como “El planeta de los simios” es un título que refiere a una misma historia pero se ofrece en formatos distintos.
“Cómo entrenar a tu dragón”, “La guerra de los mundos”, “Los tres mosqueteros” y “La virgen de los sicarios” son otras propuestas literarias que inspiraron productos homónimos.
Fuera de este ámbito, es posible presentar como homónimos a términos como banco (palabra que puede referir tanto a una entidad bancaria como a un asiento con capacidad para más de una persona), muñeca (vocablo que puede hacer mención a un juguete o a una parte del brazo humano), lima (la capital de Perú, un instrumento para desgastar metales o un fruto comestible según el contexto) y a papa (alternativa que puede utilizarse para describir a la planta comestible como a la máxima autoridad de la Iglesia Católica), entre muchos otros.