Ejemplos de honestidad
La honestidad es un valor que hay que inculcarle a los más pequeños de nuestra familia y cultivarlo a toda edad para ser considerados personas honradas, dignas y decentes.
Emocionan los ejemplos de honestidad que encontramos a diario, en especial cuando involucran a individuos que atraviesan situaciones económicas difíciles o que no están bien vistos dentro de la sociedad. Si bien la honestidad se relaciona con actuar como se debe, hay tantas conductas negativas en el mundo que vale la pena hacer foco en el accionar positivo y realzar las figuras de aquellos seres honestos que, día tras día, demuestran que todavía hay gente con decencia, dignidad y buenas raíces.
Hay honestidad en aquel que jamás se queda con algo que no es suyo y que, por lo tanto, no le corresponde. El conductor de un taxi que devuelve documentación olvidada por un pasajero, el cuidacoches o trabajador ambulante que no duda en ponerse en contacto con quien ha olvidado o extraviado en la vía pública su billetera o teléfono móvil, el político que tiene una gestión transparente y no comete actos de corrupción y un padre de familia desempleado que restituye una valija con cheques y dinero en efectivo sin aceptar ni un centavo como recompensa son claros ejemplos de honestidad que deberían imitarse en todo momento y lugar.
Por último, hay que señalar que la honestidad nos impulsa a hablar siempre con la verdad, sin disimular ni esconder pensamientos pero teniendo siempre responsabilidad y respeto a la hora de expresarnos. Guiado por su honestidad, cualquier individuo puede admitir ideas o sentimientos, revelar sensaciones y dar a conocer qué y cómo piensa respecto a alguien o algo.