Ejemplos de huesos largos
El cuerpo humano presenta huesos de distintas extensiones y características. Entre ellos aparecen los huesos largos, que poseen un formato cilíndrico y, por lo general, se presentan en los miembros destinados a funciones de locomoción. En estas estructuras óseas hay predominancia de la longitud sobre el grosor y el ancho.
Dentro de este conjunto aparecen, por ejemplo, el húmero (un hueso largo localizado en el brazo que, por uno de sus extremos, logra articularse con la escápula y, por el otro, se conecta con el cúbito y el radio) y el fémur (ubicado en el muslo, destacándose como el hueso más voluminoso, fuerte y largo del organismo humano).
El ya citado cúbito también es parte del grupo de los huesos largos, y tiene la particularidad de ser más alargado que el radio, junto al cual conforman los antebrazos. Sobre este último resulta interesante mencionar que es un hueso largo no simétrico y par que sirve para que se inserten los músculos que hacen posible los movimientos de los brazos.
Tampoco podemos dejar de hacer referencia a la tibia, un hueso largo par que posee un formato de prisma triangular y se ubica en la pierna, articulándose con el fémur (con el cual conforma la articulación de las rodillas), el peroné (con el cual permite formar las articulaciones tibioperoneas superiores e inferiores) y el astrágalo (al cual se suma el peroné para armar la articulación de los tobillos). Esta estructura ósea se caracteriza por recibir el peso de la persona y servirle de apoyo a la hora de la locomoción.