Ejemplos de inequidad de género
Las desigualdades que se advierten al comparar las oportunidades y tratos que reciben por un lado los hombres y por otro, las mujeres, llevan a plantear una realidad injusta que debe modificarse cuanto antes: la inequidad de género.
En materia laboral, por señalar un ámbito donde se hacen evidentes las diferencias, hay inequidad de género porque, por estereotipos, costumbres y convenciones sociales, el género femenino no puede acceder a ciertos cargos, no recibe en igualdad de condiciones el mismo salario que un hombre y hasta hay mujeres rechazadas para determinados empleos porque la persona que debe contratar a alguien para una actividad específica no confía en la capacidad de una “dama” para concretar tareas que, se supone, están reservadas a los hombres, como suele ocurrir, entre otras, con las refacciones de plomería o el trabajo en un taller mecánico.
En el plano académico y hasta en el área de salud se registran asimismo episodios frecuentes de inequidad de género por no contemplar por igual las necesidades y pedidos tanto de mujeres como de hombres.
La inequidad de género, en cualquier campo en el cual se produzca, deja al descubierto un caso de discriminación y disparador de violencia que solo se evita y revierte con educación. Hay que educar a toda la sociedad para que nadie piense que un género es superior a otro, que hay obligaciones y permisos según el sexo que le corresponda a cada uno o que se es más fuerte o más débil de acuerdo a si uno es hombre o mujer.