Ejemplos de invitaciones de boda
Cuando uno planifica el casamiento tiene que decidir, entre otros asuntos, cómo notificar de tan importante evento a familiares y amigos para que toda la gente querida por la pareja pueda estar presente y compartir ese momento especial.
Las invitaciones de boda, en este marco, son la vía tradicional para informar con anticipación quiénes, cuándo y dónde se casan.
Los enamorados más tradicionales que desean mantener su estilo clásico suelen optar por invitaciones de boda convencionales: encargan tarjetas personalizadas con sus nombres que incluyan la fecha, la hora y el lugar del acontecimiento y las distribuyen en sobres dirigidos en particular a cada invitado. Estas invitaciones pueden tener un diseño delicado y colores en tono pastel para el fondo, pero ningún detalle informal o audaz.
Las parejas vanguardistas, por el contrario, buscan opciones para quedarse con la propuesta más original y sorprendente en materia de invitaciones de temática romántica: los dibujos al estilo caricatura haciendo alusión a quienes celebrarán el enlace nupcial o una foto de sus rostros, frases descontracturadas como “Por fin nos decidimos… ¡Nos casamos y queremos contar con tu presencia para no arrepentirnos a último momento!” y hasta recursos para que quienes reciban la invitación se diviertan (hay puzles, abanicos y mecanismos de reloj, por ejemplo) son parte de estas creaciones innovadoras a puro color y creatividad.
Los monogramas en tonos dorados, las impresiones sobre un pañuelo presentado en una lata o caja pequeña, los diseños de inspiración oriental, las tarjetas rústicas para bodas campestres y los dípticos para recortar y armar figuras son otras alternativas a tener en cuenta al elegir invitaciones de boda.