Ejemplos de jeroglíficos

2 enero, 2012

Por jeroglífico se entiende a la escritura que reemplaza a los tradicionales signos fonéticos o alfabéticos por figuras y/o símbolos que representan a distintas palabras para conformar un mensaje. Este sistema complejo, según se ha determinado tras numerosas investigaciones, fue utilizado en la antigüedad por diferentes pueblos, aproximadamente desde el año 3300 a.C. hasta el siglo IV. Los egipcios, por dar un ejemplo concreto, plasmaron jeroglígicos en diversas obras (tales como monumentos reales, templos, palacios, tumbas, amuletos y muebles de la Corte, entre otras) para dejar numerosos testimonios y distinguir a dichas creaciones con una escritura de carácter simbólico y mágico.

Quienes han dedicado gran parte de su vida a recopilar y analizar jeroglíficos (descifrados gracias a la interpretación de la información volcada en la Piedra de Rosetta) han establecido varias categorías para darles un orden y un sentido más claro. Así, pues, se habla de jeroglíficos bilíteros cuando su transliteración posee dos consonantes; de jeroglíficos trilíteros si existen en ellos tres sonidos y de jeroglíficos de más de tres consonantes (estos últimos son los más comunes).

Resulta interesante contar además que, en el Antiguo Egipto, se acostumbraba representar de modo gráfico al sonido ‘m’ por medio del dibujo de un búho. Para la ‘b’, en cambio, elegían el jeroglífico de un pie de perfil.

Al respecto, se puede agregar que han sido parte de los jeroglíficos imágenes como las de una mano, una boca, una liebre y una mecha, las cuales tenían diferentes significados y daban origen a múltiples interpretaciones.