Ejemplos de ligamentos
La palabra ligamento (con origen en el vocablo latino ligamentum), en líneas generales, refiere al acto de realizar una ligadura y al resultado de ligar. Más específico, en cambio, es el significado que adquiere en el ámbito de la Anatomía, donde se la aprovecha para identificar al cordón de fibras que une las partes óseas de diversas articulaciones y permite estabilizar y hacer más resistente a cada una de estas estructuras.
Si se extienden por diferentes huesos sin dejar de estar en contacto con las piezas óseas, se los define como ligamentos acintados, mientras que aquellos que se limitan a beneficiar huesos de manera independiente, es decir, sin vinculación entre unos y otros se conocen como ligamentos cordonados.
Al hacer foco en el organismo del hombre hay varios ligamentos que se pueden reconocer con sólo tener conocimientos básicos de anatomía. Por citar sólo algunos a modo de ejemplo: en las rodillas hay ligamentos cruzados anteriores y posteriores (el primero une a una parte del fémur con un fragmento de tibia y el otro lo complementa para garantizar que la rodilla esté firme y estable al realizar movimientos de rotación), así como en el área bucal es posible hallar al ligamento periodontal (el cual sujeta a cada pieza dental en el interior de la encía).
Otros tipos de ligamentos presentes en el cuerpo humano: el ligamento suspensorio del cristalino (localizado en la zona ocular), ligamento ovárico (propio de la mujer) y el denominado ligamento falciforme (gracias al cual el hígado se conecta con el abdomen).