Ejemplos de materia orgánica
Entre todas las clases de materias que existen, se puede distinguir al grupo de los compuestos orgánicos, los cuales se caracterizan por tener carbono y elementos como el azufre, el oxígeno y el boro, entre otros.
Si bien gran parte de estos materiales que contribuyen a que un suelo sea fértil puede encontrarse en la naturaleza, por lo general son resultado de experimentaciones artificiales basadas en la síntesis química. A grandes rasgos, pueden reconocerse como materias orgánicas a todas las que se forman en base a desechos derivados de vegetales y/o animales.
Cuando los microorganismos actúan sobre los componentes orgánicos brutos, se consigue aquello que se conoce como humus y que le permite a la tierra cultivada no perder nutrientes, mejorar sus propiedades físicas y lograr un mejor nivel de retención de agua.
Ahora que ya conocemos la teoría, podremos advertir que la materia orgánica nos rodea a diario y está más cerca de nosotros de lo que creemos porque, por ejemplo, en nuestro cesto de residuos hay un gran número de componentes orgánicos procedentes de múltiples fuentes, como los pañales usados del bebé y todos los restos de alimentos que hemos desechado.
Al respecto, cabe resaltar que una forma interesante de interactuar y aprovechar la materia orgánica es mantenerla alejada de los residuos inorgánicos para evitar que se contamine y, de este modo, conseguir que sea útil como fertilizante de nuestras plantas. Si aprendemos a reciclar estos compuestos, podremos beneficiar a la tierra del jardín de modo natural y sin gastar dinero.