Ejemplos de mimetismo
El acto y la consecuencia de mimetizarse con alguien o algo se definen como mimetismo. Se trata, de acuerdo a la definición incluida por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario, de una propiedad o habilidad que les permite a ciertas plantas y organismos camuflarse y parecerse a otros seres presentes en el entorno en el cual se mueven. Cabe destacar también que se produce mimetismo cuando un individuo adopta como propios pensamientos y comportamientos ajenos.
En la práctica, si prestamos atención a las maravillas de la naturaleza, podemos ser testigos de una amplia variedad de mimetismos. Se hace alusión al mimetismo batesiano, por ejemplo, cuando ciertas familias de moscas se asemejan por su aspecto a avispas o a abejas con el objetivo de eludir a sus depredadores confundiéndolos con su apariencia para hacerles creer que son especies peligrosas.
El automimetismo, en cambio, es un recurso para la supervivencia que aprovechan, entre otros, los peces y las mariposas, especies que para proteger sus partes más vulnerables tienen manchas con apariencia de ojos en sus colas o alas, engañando así los sentidos de sus depredadores.
Otro caso interesante de mimetismo tiene como protagonista al camaleón, un reptil que tiene la capacidad de modificar el color de su piel en función de las condiciones del ambiente. Hay organismos (como los casos de los insectos ortópteros y los que pertenecen al orden de los fásmidos), además, que a simple vista parecen ramas u hojas, logrando de este modo pasar desapercibidos en el entorno natural.