Ejemplos de mitos mexicanos
Para satisfacción de aquellos que disfrutan las leyendas y los mitos, existen relatos mitológicos de diversa índole y procedencia que permiten conocer historias de distintos pueblos y épocas.
Así como hay variedad en materia de mitos cosmogónicos y se han difundido más allá del tiempo y las fronteras las riquezas mitológicas griegas, la comunidad mexicana también posee sus propios tesoros mitológicos.
Si uno indaga en este universo, puede descubrir a figuras como Xochiquétzal, la joven diosa de la belleza, el amor, las artes y la fertilidad de la naturaleza. Según se relata en los mitos de creción, fue la mujer de Piltzintecutli, con quien engendró a Cintéotl, el dios del maíz. En otras versiones, Xochiquétzal aparece como la madre de Nanahuatzin, quien llegaría a sacrificarse en el fogón divino para transformarse en el Quinto Sol.
La mitología mexicana también reconoce a Aztlán como una isla o islote primigenio fundamental en el desarrollo azteca y ha ayudado a popularizar la historia de El árbol de Chicomecoatl, el cual es venerado en épocas de escasez porque, según dice la leyenda, puede hacer que las cosechas prosperen en un periodo corto de tiempo.
Otros seres mitológicos considerados por los mexicanos eran los Tzitzimime, unos demonios celestiales que, de acuerdo a las creencias, buscaban destruir el mundo. Otras interpretaciones los identifican como estrellas femeninas que atacan al sol al amanecer y al anochecer para evitar que nazca.
Citlalatonac, por su parte, fue para la mitología mexica el responsable de crear, acompañado por su esposa Citlalicue, las estrellas.