Ejemplos de monólogos
Se conoce como monólogo al discurso ininterrumpido que realiza una sola persona en un marco generalmente artístico para captar la atención del público y exponer ante ellos pensamientos, ideas y emociones.
Este recurso puede ser utilizado en ámbitos teatrales con fines cómicos (como los que desarrollan en bares o pubs numerosos humoristas identificados con el stand up) o transformarse en una técnica literaria que, bajo el nombre de monólogo interior, permite dar a conocer el flujo de conciencia de los personajes.
A lo largo de la historia han sido muchos los artistas que se valieron del monólogo para trascender y entretener a sus seguidores. Uno de ellos fue Tato Bores, un humorista argentino especializado en temáticas políticas que solía pronunciar sus discursos con una velocidad increíble. Antes de él había sido el actor Pepe Arias quien había logrado ver realzada su figura gracias a los monólogos que recitaba en radio.
En la actualidad, como ejemplos de monólogos pueden citarse los discursos humorísticos que acostumbra hacer el comediante estadounidense Billy Crystal o el que pronunció el británico Ricky Gervais en una de las galas de los Premios Globo de Oro, un monólogo que no pasó desapercibido porque su contenido generó controversias en ciertos sectores que no avalaron su humor ácido.
Fuera del ámbito artístico, se pueden hallar ejemplos de este concepto en la vida cotidiana, cuando alguien, tal vez en medio de una discusión, demuestra una verborragia imposible de parar que lleva a quien recibe ese discurso a acusar al otro de hacer un monólogo y no dejarle espacio para explicaciones.