Ejemplos de monosacáridos
De acuerdo al léxico de los expertos en Química, un monosacárido es una sustancia que pertenece al grupo de los polialcoholes pero está complementado con un extra cetónico o aldehídico. Según los especialistas, puede estar formado por entre tres y siete átomos de carbono.
En otras palabras, se puede decir que un monosacárido es la clase más sencilla de glúcidos y se compone de una única molécula. Cabe resaltar que estos elementos no pueden hidrolizarse.
Al indagar acerca de este conjunto y buscar ejemplos concretos de monosacáridos, aparecen múltiples elementos, algunos de los cuales citaremos y describiremos a continuación para dar información concreta al respecto.
Uno de los monosacáridos más conocidos, por ejemplo, es la glucosa. Se trata de un compuesto de origen orgánico presente en productos como la miel y las frutas, además de ser el componente básico de distintos tipos de polímeros relevantes a nivel biológico.
La eritrosa (enmarcado en el conjunto de las aldosas), la fructosa (considerada una hexosa que al combinarse con la glucosa da origen a un disacárido conocido como sacarosa), la talosa (un monosacárido de origen artificial compuesto por tres pares de carbonos que puede disolverse en agua) y la ribosa (presente en el ácido ribonucleico y, en muy bajas dosis, en la orina de los seres vivos) son otros elementos que pueden identificarse como parte del extenso grupo de los monosacáridos.
Cabe resaltar que si se unen muchos monosacáridos, dan origen a las biomoléculas denominadas como polisacáridos (conjunto que alberga al glucógeno, al almidón y a la celulosa, entre otros).