Ejemplos de nubes
Dirigimos nuestra mirada hacia el cielo y allí están ellas, las nubes, que a veces dan pinceladas blancas en la inmensidad celeste y otras le quitan protagonismo al sol cubriendo todo de gris. A veces, también, analizamos sus formas y jugamos a encontrar figuras a partir de la apariencia de las nubes: hay algunas que se asemejan a algún animal, varias que parecen formar letras o corazones, etc: todo depende de la creatividad de aquel que examina una nube.
Según la época del año y las condiciones del tiempo en el momento en que las miramos, podemos distinguir entre nubes de verano, nubes de lluvia, nubes lenticulares o nubes mastodónticas, por señalar algunas posibilidades.
En la vida cotidiana, por otra parte, se suele utilizar este concepto para describir situaciones que poco tienen que ver con la masa visible compuesta por gotas minúsculas de cristales de hielo y/o agua que está suspendida en la atmósfera. Algo que está por las nubes, por citar un caso concreto, tiene un costo muy elevado: “El precio del pan está por las nubes” o “Hay productos de la canasta básica que ya se fueron por las nubes y la inflación no para de crecer: atravesamos una realidad socio-económica muy complicada”.
Asimismo, suele decirse que alguien distraído con fama de soñador y despistado que parece no estar al tanto de la realidad por perderse en sus propios pensamientos “vive en las nubes”: “Él vive en las nubes, se olvida las llaves arriba de la mesa, no registra los llamados de atención… Está en su mundo y no le importa lo que ocurra a su alrededor”.