Ejemplos de ontología
Para poder entender qué es en la práctica la ontología y cuáles son sus aplicaciones, primero es necesario repasar y asimilar la teoría. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), esta palabra se emplea en el ámbito de la Filosofía para aludir a la rama de la metafísica que aborda el ser en general y sus propiedades más sobresalientes.
Por otra parte, se aprovecha esta noción en Ciencias de la Información y de la Computación para identificar a una herramienta que contribuye a solucionar problemas al permitir que se cataloguen variables y se establezcan vínculos entre esos elementos. Hay, en este contexto, ontologías de dominio (centradas en las acepciones y percepciones de un mismo vocablo), ontologías de modelado del conocimiento (para especificar conceptualizaciones asociadas al conocimiento), ontologías de información (para puntualizar las estructuras donde se almacenan bases de datos), ontologías terminológicas (permiten unificar vocabularios y contenidos en un dominio específico), ontologías de tareas (aglutinan y relacionan términos vinculados a una tarea concreta) y ontologías generales (para representar nociones generales que no son específicas de un dominio).
Es interesante saber también que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura se ha encargado de impulsar la ontología geopolítica con el propósito de, por ejemplo, brindar información actualizada y confiable en materia geopolítica. En Filosofía del Derecho, por otra parte, adquiere relevancia la ontología jurídica, la cual se encarga de establecer el ser del Derecho y proporcionar las bases para una reflexión filosófica en torno al objeto a estudiar.