Ejemplos de oraciones imperativas
El conjunto de oraciones pertenecientes a la categoría de imperativas se caracteriza por transmitir órdenes y permitir que el emisor pueda influir en la conducta del receptor a través de su mensaje. En otras palabras, puede decirse que una oración imperativa no persigue propósitos informativos ni apunta a describir emociones sino que se formula con el único objetivo de exigir una determinada acción.
A esta clase de oraciones se las asocia con los mandatos o prohibiciones porque su estructura se refleja siempre bajo enunciados como “Prohibido estacionar”, “Mantenga distancia”, “No pisar el césped”, “No ingresar con mascotas”, “Que pase el que sigue”, “Quédate quieto”, “Respetá a los mayores”, “¡Exígele a tu hermano que se disculpe por lo que ha hecho!” y “¡Haz lo que te ordeno!”.
Al igual que las frases mencionadas en el párrafo anterior, expresiones como “¡No grites más!”, “Golpee antes de entrar”, “Vete a ordenar el cuarto”, “¡Cállate!”, “¡Devuelve ya mismo lo que acabas de robar!”, “Mantengan sus móviles apagados durante la función”, “Prohibido tocar bocina”, “Respete la velocidad máxima”, “No ingresar con el torso desnudo”, “¡Deja en paz a tu hermano!”, “Prohibido arrojar basura”, “No molestar en horario de descanso”, “Prohibido el acceso a personas ajenas a la empresa”, “No girar a la derecha”, “¡Deténgase!”, “¡Vete ya mismo!”, “Muéstreme su identificación”, “Deja de jugar y termina la cena”, “No enciendas la luz”, “Prohibido reproducir este texto sin autorización de sus autores” y “¡Aléjate de la zona!” son ejemplos concretos de cómo se aplica en la práctica la definición de oración imperativa.