Ejemplos de ósmosis
La ósmosis es un fenómeno físico que supone el paso de disolvente (no así de soluto) entre dos disoluciones que poseen distinta concentración y están separadas entre sí por una membrana semipermeable. De todos modos, en la vida cotidiana este concepto excede el campo de la Física ya que se lo suele utilizar para describir la influencia mutua que se evidencia entre dos individuos o grupos de personas en materia de pensamientos.
Un experimento basado en agua de mar, por ejemplo, permitirá apreciar el proceso de ósmosis siempre y cuando todo el contenido evaluado se mantenga a un mismo nivel de presión, pero si se aplica presión sobre uno de los lados de la membrana, se logrará lo que se conoce como ósmosis inversa: la sal quedará en la solución concentrada y pasará para el otro lado sólo el agua, un líquido ya sin concentración de sal que puede llegar a considerarse como potable.
Aunque esta clase de experiencias suelen llevarse a cabo en un laboratorio cuando los expertos deciden hacer pruebas para comprobar distintas hipótesis, no es necesario ser un científico ni contar con una gran infraestructura para apreciar de cerca las características de la ósmosis.
En cualquier hogar, con sólo tener a disposición azúcar, algo de agua, una bolsa de celofán y un recipiente, ya es posible poner a prueba el fenómeno de la ósmosis. ¿De qué modo? Pues se debe llenar la bolsa con azúcar y agua y conseguir que quede cerrada de forma hermética. Luego se la sumerge en alguna fuente o vasija cubierta con agua. En este contexto, el celofán funcionará como una membrana que será impermeable al azúcar y permeable a las moléculas de agua, razón por la cual el interior de la bolsa se inflará por el paso de agua. Así, pues, se podrá comprender con sencillez qué es, en concreto, la ósmosis.