Ejemplos de pentosas
Para poder reconocer qué y cómo es una pentosa en la práctica, primero es necesario recordar que se utiliza esta palabra para identificar a los monosacáridos que se forman a partir de una cadena que se logra en base a cinco átomos de carbono que ejercen un rol estructural. Hay, de acuerdo a la teoría, dos categorías: una de aldopentosas y otra bautizada como cetopentosas.
Se alude a la ruta de la pentosa fosfato, por indicar un caso específico que permite obtener datos de interés sobre la noción, cuando se busca hacer referencia a una ruta de carácter metabólico que está vinculada a la glucólisis, marco en el cual se aprovechar la glucosa para la generación de ribosa. Al respecto, es importante resaltar que la ribosa, la cual proviene de la polimerización de la eritrosa, es una pentosa que en los seres vivos posee una elevada relevancia biológica ya que contribuye en una de sus versiones a conformar uno de los compuestos principales del ARN, por ejemplo.
De la ribosa, a su vez, deriva la desoxirribosa, una aldopentosa que de acuerdo a los expertos en Bioquímica tiene protagonismo en la conformación de los ácidos desoxirribonucleicos.
Si buscamos más opciones dentro del conjunto de las aldopentosas hallaremos también al monosacárido conocido como arabinosa y a la lixosa (un azúcar no tan habitual en la naturaleza que puede hallarse en los glicolípidos de las paredes bacterianas de determinadas especies), mientras que en el grupo de las cetopentosas aparecen la ribulosa y la xilulosa, por detallar otras alternativas a tener en cuenta.