Ejemplos de principios contables
Dentro del área de la Contabilidad existen bases que respaldan el ejercicio de la actividad contable y sirven como guía a la hora de medir patrimonios y evaluar la realidad económica de cierto organismo o entidad. Estos criterios se conocen como Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA) y regulan, de manera universal, determinadas prácticas contables.
Como parte de estas reglas aparecen el principio de la entidad; el principio del período en marcha; el principio del conservatismo; el principio de la unidad monetaria y el principio de la consistencia, por citar algunos a modo de referencia.
De hacer foco en la pauta relacionada a la consistencia, se podrá advertir que una compañía posee personalidad jurídica y que el contador, por lo tanto, trabajará sobre las obligaciones, los bienes y los derechos de la firma y no sobre los que les corresponden a los propietarios de la empresa, quienes están encuadrados en otra categoría por ser personas físicas.
El principio de conservatismo, en cambio, alienta al profesional a optar por la alternativa contable más optimista que ayude a conocer los resultados reales de cada operación y la realidad financiera genuina, mientras que el denominado principio de unidad monetaria es algo más polémico ya que existen posiciones encontradas al respecto. Según esta base, un contador se podrá oponer a la reevaluación de activos fijos pero, indudablemente, no defenderá la idea de recibir honorarios iguales a su trabajo anterior, por dar un ejemplo que refleje la idea de la transformación o permanencia del valor de las monedas.