Ejemplos de productos tangibles
A los productos que nosotros consumimos o utilizamos en la vida cotidiana se los suele clasificar de diversas maneras en función del origen, los atributos y las finalidades que posean. Así, entonces, es posible hablar por ejemplo de productos tangibles e intangibles.
Para entender y recordar qué incluir en cada uno de estos grupos, conviene tener presente que se describe como tangible a aquello que es posible tocar y percibir con precisión, tal como ocurre con los bienes y elementos físicos que pueden ser contados.
Como se advierte a partir de esta definición, son muy numerosos los productos tangibles que forman parte de nuestra realidad cotidiana. Mientras que a una parte de ellos se los puede considerar como bienes de consumo no duraderos (categoría que engloba a artículos de necesitamos reponer con frecuencia, tal el caso de las frutas, las verduras, los alimentos en general, las bebidas, el combustible y el material descartable), a otros se los enmarca en el grupo de los bienes de consumo duraderos (conjunto que abarca a productos como las prendas de vestir, los utensilios, la ropa de cama, un televisor, un equipo de audio, etc.).
Como un producto puede tener diferentes presentaciones y ofrecer, o no, una asistencia extra al usuario, también es usual distinguir entre productos tangibles puros (como el azúcar, la miel, una tela o un plato) y productos tangibles con servicios anexos (como ocurre al adquirir una bicicleta, una maquinaria o un electrodoméstico).
Los libros, los zapatos, los juguetes, los muebles y los útiles escolares son otros ejemplos que se engloban en la categoría de producto tangible.